Respeto a nuestra tierra, valoración de nuestras raíces…
Por una educación de calidad y digna para todos.
Por una educación de calidad y digna para todos.
Mis reflexiones amtes de partir:
Cada vez que hablamos de las comunidades mapuches, promulgamos a viva voz la importancia del respeto y la valoración hacia nuestro pueblo originario, pero sin embargo ¿Respetamos realmente? ¿Valoramos la cultura? ¿Nos sentimos orgullosos de nuestra descendencia? Y por sobre todo ¿Hacemos algo por lograr una igualdad para todos? Preguntas como estas son las que me hacen reflexionar al respecto de nuestras actitudes como ciudadanos ante la interculturalidad y más aun sobre nuestras actitudes y acciones como futuras educadoras por la igualdad.
Hoy en día nos encontramos en una sociedad en la cual solo nos interesa el bien propio, dejando de lado el bien y la convivencia común. Es muy fácil hablar, pero no hacer. Las palabras quedan en el viento, mientras que las acciones quedan en la vida.
Nuestro rol no solamente como educadoras y educadores, sino más bien como miembros de una sociedad, ante la interculturalidad es asegurar una igualdad de oportunidades y condiciones dentro del marco de la equidad y la justicia social, promover el respeto por la diversidad, no referida únicamente a la diversidad de nacionalidades, sino también a la diversidad de género, pensamiento y formas de vida y valorar a los sujetos por sus identidades personales, dejando de lado los prejuicios y los etnocentrismos.
Es a partir de esto que al pensar en las comunidades mapuches que forman parte de nuestro territorio nacional, me surge una profunda contradicción respecto de lo que predicamos debemos hacer y lo que realmente hacemos. Nuestros hermanos mapuches han sido victimas de innumerables abusos y violaciones a sus derechos humanos y somos nosotros mismos quienes no hacemos nada por cambiar la situación. Es por esto que desde hoy debemos comenzar a renovar nuestra mentalidad y a obrar por acabar con las injusticias que se han cometido a lo largo de la historia con quienes forman parte de lo que somos hoy en día.
A mi parecer un inicio para revertir esta situación lo podemos encontrar en la educación. La educación intercultural debe asegurar las mismas condiciones para todos los niños y las niñas, sin importar su raza, color o sexo. Las comunidades mapuches merecen ser participes de una educación en la que el vínculo va más allá de sólo integrarlos al centro educativo, sino que busca que los niños y las niñas logren adquirir autonomía, lo que les permitirá posicionarse en el contexto social que hoy los educa y al que mañana contribuirán.
Como sociedad, debemos buscar una educación en el conocimiento, comprensión, respeto y valoración de todos los seres humanos con quienes vivimos, promoviendo los procesos de integración al interior de las aulas, para así lograr que todos los niños, las niñas y sus familias se sientan realmente parte de la sociedad y la cultura a la que pertenecen.
Mis preguntas a investigar:
Hoy en día nos encontramos en una sociedad en la cual solo nos interesa el bien propio, dejando de lado el bien y la convivencia común. Es muy fácil hablar, pero no hacer. Las palabras quedan en el viento, mientras que las acciones quedan en la vida.
Nuestro rol no solamente como educadoras y educadores, sino más bien como miembros de una sociedad, ante la interculturalidad es asegurar una igualdad de oportunidades y condiciones dentro del marco de la equidad y la justicia social, promover el respeto por la diversidad, no referida únicamente a la diversidad de nacionalidades, sino también a la diversidad de género, pensamiento y formas de vida y valorar a los sujetos por sus identidades personales, dejando de lado los prejuicios y los etnocentrismos.
Es a partir de esto que al pensar en las comunidades mapuches que forman parte de nuestro territorio nacional, me surge una profunda contradicción respecto de lo que predicamos debemos hacer y lo que realmente hacemos. Nuestros hermanos mapuches han sido victimas de innumerables abusos y violaciones a sus derechos humanos y somos nosotros mismos quienes no hacemos nada por cambiar la situación. Es por esto que desde hoy debemos comenzar a renovar nuestra mentalidad y a obrar por acabar con las injusticias que se han cometido a lo largo de la historia con quienes forman parte de lo que somos hoy en día.
A mi parecer un inicio para revertir esta situación lo podemos encontrar en la educación. La educación intercultural debe asegurar las mismas condiciones para todos los niños y las niñas, sin importar su raza, color o sexo. Las comunidades mapuches merecen ser participes de una educación en la que el vínculo va más allá de sólo integrarlos al centro educativo, sino que busca que los niños y las niñas logren adquirir autonomía, lo que les permitirá posicionarse en el contexto social que hoy los educa y al que mañana contribuirán.
Como sociedad, debemos buscar una educación en el conocimiento, comprensión, respeto y valoración de todos los seres humanos con quienes vivimos, promoviendo los procesos de integración al interior de las aulas, para así lograr que todos los niños, las niñas y sus familias se sientan realmente parte de la sociedad y la cultura a la que pertenecen.
Mis preguntas a investigar:
¿De qué manera se vive la educación intercultural en los centros educativos de la isla de Chiloé?
¿Con qué acciones concretas se refuerza la integración de los niños y las niñas de la cultura mapuche a las aulas de los centros educativos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario